miércoles, 13 de junio de 2007

ALCOTAD'OR


- "A la edad de dos años, dibujaba sobre las paredes de mi casa y en páginas de revistas. En el colegio, veía en los libros reproducciones del Bosco y Picasso que me sorprendían, incentivando mi curiosidad para realizar mis primeros dibujos y seres extraños con lápices de cera. En la enseñanza media tuve un maestro de Artes Plásticas, Luis Reyes, que apoyaba mis trabajos. Siempre les decía a los demás alumnos: "Alcota siempre nos trae sorpresas". Pintaba con tempera y lápices monstruos de narices alargadas y extremidades gruesas. Más tarde, ingresé al taller de Mario Murúa, uno de los integrantes del grupo Magie-Imagen de París. Con Murúa tuve diferencias de ideas y personalidad, decidiendo abandonar su escuela canimagista de Santiago de Chile. Estuve sólo tres meses. Pasé también por el taller de Balmaceda 1215, a mediados de los noventa. Mi formación es más autodidacta. Nunca creí en las Facultades de Arte porque las considero, en cierta forma, centros de castración imaginativa".


- "Mi motivación para dibujar, pintar, escribir, realizar una performance y filmar parte de una necesidad vital. Picasso decía: "Cuando no puedo trabajar, no puedo respirar". Esa situación me ocurre bastante. Es un impulso neurótico y obsesivo que me obliga a concretar mis ideas que pasan por mi cabeza. Es una convulsión del espíritu, tanto así que después de ducharme, dibujo sobre el vapor condensado del espejo. Cuando estaba en la universidad estudiando Periodismo y me aburrían algunas clases, comenzaba a crear bocetos en mis cuadernos. Estoy acostado en la noche y se me ocurren cuadros, relatos, películas, diseños, monstruos… Anhelo en el futuro realizar criaturas inflables, fáciles de transportar en un maletín y viajar con ellas de un lugar a otro. Otro de mis deseos es hacer una pintura colectiva con un chimpancé y un robot en una Plaza de Toros, en presencia de un variado público. Esta obra colectiva con un autómata y un simio, debe estar acompañada por las melodías de músicos africanos y andinos".



- "Pinto en el mundo de la vigilia y también, lo que es extraordinario, en el sueño. Esto me ha pasado con sueños lúcidos, donde uno controla lo que está soñando y en ese hábitat onírico he creado cosas muy insólitas, con formas y colores increíbles. La mejor hora para dibujar es después de almuerzo. Descartes decía que para filosofar de buena manera había que comer antes un sabroso bistec. Aunque también se pueden crear cosas interesantes sin haber probado bocado".


- "No creo mucho en la inspiración. Hablaría más de la agitación, esa fuerza poética que no permite que te aburras y te transformes en un maniquí. Es ser un homocinético, un hombre en movimiento, con las neuronas en movimiento, con tus sentidos en movimiento…Y agrego la transpiración, porque en el arte hay que hacer un esfuerzo físico y mental para ingresar a ese laberinto lúdico y brutal que te conduce por diversos caminos, buscando la luz. Se suda mucho, de forma superlativa. Creo en la poesía del arte y no en la moda. Las modas pasan como la gripe".


- "Mi obra tiene conexiones con la poética de la imaginación, lo grotesco, el humor absurdo, lo monstruoso... Desde niño he admirado a Godzilla y toda esa serie de Monsters made in Japan. Goya me pone la carne de gallina; el cine de Browning, los Pánico, Lynch, Cronenberg y Buñuel me han dado clases magistrales de anatomía, misterio y delirio; Tzara, Dalí, Breton, Arrabal, Lautréamont, Apollinaire, Ionesco, Gómez-Correa, Topor, Matta, Rabelais, Panero, Gironella, Baltasar Gracián, Baj, Camacho, Dubuffet, Alechinsky, Saura, Fellini, Brossa, Michaux, Gilliam, Huidobro, Camarón de la Isla, los hermanos Marx, Evru, tantos genios maravillosos y hermosos que me han enseñado lo que es poesía, vivir y abrir bien los ojos de la mente. Un infra-mind, como lo era Duchamp. Tampoco puedo dejar de lado los cómics y autores como Cadelo, Liberatore, Moebius y obras ciberpunk de cabecera como Hardboiled y Ranxerox. Considero que los cómics son un gran arte al igual que la pintura y que están muy relacionados. Basta con ver las figuras de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel para darse cuenta que también pueden ser superhéroes de una historieta de la Marvel".

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